Ojo del Siglo XX

"La fotografía es como una cuchilla que selecciona para la eternidad el instante que la ha deslumbrado", dice Bresson.

Y los herederos de Henri, buscan en las imágenes un guiño de la vida. Congelar los momentos del recuerdo para que no se marchen, para que siempre vuelvan. Hay ocasiones en las que las fotos superan la realidad porque la hacen eterna. La detienen en un click, en un disparo. Las instantáneas cruzan la barrera del tiempo, el túnel y se quedan colgadas en un fotograma, en el papel, en un archivo digital.

Cartier-Bresson, ha llegado a Las Palmas de Gran Canaria. Es una oportunidad única para gozar con Tête à tête, la mini exposición de Retratos cara a cara que ha preparado la Sala se Arte y Cultura Caja Canarias del inigualable fotógrafo/artista, quien fuera bautizado como padre del fotoperiodismo. Un lujazo llegado a estas Islas -a las que tanto cuesta que lleguen grandes de la cultura- para deleite de las buenas y exquisitas miradas.

Cada fotografía de Henri me ha parecido un viaje al rostro de sus retratados. Y hay mucha poesía visual en ellos. Ha salvado del naufragio del olvido momentos preciosos de escritores, pintores, periodistas, políticos o artistas del siglo XX que ya se han convertido en eternos. Bresson nos regala un instante decisivo de sus gestos (el de Marilyn) o miradas (la de Picasso) o movimientos (el de Sartre) o de las entrañas (las de Gandhi una hora antes de ser asesinado) o de la luz (junto a la piel de Martin Luther King). Y cada rostro conocido o anónimo es emocionante, tan emocionante como una noche de amor.

Todos queremos detener momentos decisivos, modificar nuestra relación con el tiempo para hacernos eternos. Las fotografías construyen otro yo de cuantos personajes conocidos han contribuído por diferentes razones a escribir nuestra historia del siglo XX. Con ellos Bresson también ha hecho historia y ahora, no puedo imaginarlos de otra forma sino a través de sus ojos de fotógrafo, de artista... porque, como diría Victor -mi tulipán negro, gracias por llevarme-, "llegan imágenes que se me agolpan en la cabeza como si fueran susurros del alma y que ya no puedo olvidar".