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Mundo Posible

martes, 22 de mayo de 2012

La Mala Educación

Recuerdo en los años 70 una EGB saturada de alumnos. Por mi primer apellido siempre me tocó el número 38. Eran clases de hasta 42 caritas que atendíamos a los profes como si nos fuera la vida en ello. En casa siempre nos dijeron que la educación debíamos llevarla puesta para llegar a la Escuela y ¡que no se nos ocurriera que alguien nos llamara nunca la atención! Así que daba gusto porque con el respeto se iba a todos lados. El respeto que se infundía desde el propio Ministerio apostando por una educación de calidad que HOY recuerdo ya como si fuera PREHISTORIA.
Qué ha pasado con la ética hasta en la cosa política. Por qué los esfuerzos económicos ya no se dirigen a invertir en una educación para todos que infunda confianza. Padres, alumnos y profesores han pasado la noche de vigilia en algunos centros, son los protagonistas de una jornada más de lucha generalizada en contra de los recortes. La educación se pone en huelga arrastrando a todos los sectores educativos, desde infantil hasta la enseñanza universitaria, en un martes 22 de mayo que le grita a Moncloa su propia letanía, porque Santa Rita Rita Rita lo que se da, no se quita.
La educación es un pasaporte para toda la vida, un tesoro público, que recordara Jacques Delors el antiguo ministro de economía y Hacienda francés y presidente de aquel informe de la Unesco que nos exigieron aprender casi de memoria en las oposiciones de Enseñanza.
Al político le incumbe "convertir la educación en un BIEN COLECTIVO QUE NO PUEDE REGULARSE MEDIANTE EL MERCADO". No a la tijera en los cimientos del saber, en las raíces del conocimiento, en la fuente donde nacen la alfabetización, la formación y el aprendizaje de los valores.
Hacen falta ya políticas humanas, limpias, compasivas, tolerantes, verdaderas, puras. La financiación pública sigue siendo una prioridad para educar hombres libres y nuevos en cultura y moral. "¿Y si en vez de planear tanto", que diría Mafalda, "voláramos un poco más alto?"
Si Imhotep levantara la cabeza... Si lo hicieran también, Nebrija, Teresa de Calcuta, Andrés Bello o Paulo Freire. Quedan 223 días para finalizar el año. Déjenos de una vez Educar en paz.