AmaZona

Mundo Posible

martes, 18 de octubre de 2011

Quitándole el don al dinero

No es vergonzoso nacer pobre, lo es llegar a serlo por acciones torpes”, que diría Menandro de Atenas.

Y quizás vengan ahora experimentados economistas a contestarme: claro, hay mucha gente que no sale de pobre porque no tiene una educación del ahorro, porque no ha sido previsora, es gente con un perfil de familias que viven al día, familias que están a la última, que derrochan, familias con más de un parado en casa que gasta lo que tiene y lo que no tiene antes que pensar en el pan de cada día... Quizás esos teóricos tengan razón al decir que con esas costumbres nadie es capaz de abrocharse los cinturones en épocas de escasez, que hace falta una cultura del ahorro.

Pero, en una lectura más profunda de la cita de Menandro, creo que existen otras acciones -aún más torpes- que nos encaminan a la pobreza. Otro tipo de pobreza. Una pobreza sin escrúpulos, ésa que tienen por dentro los impresentables ombliguistas que han trincado con las manos en la masa. A dónde hemos llegado como sociedad cuando hasta altos directivos banqueros se han embolsado suculentas y millonarias cantidades de forma fraudulenta en ciertas cajas españolas.

Con lo que a mí me gusta hablar del tiempo, y de los árboles, y de la vida y hoy sólo se me atragantan palabras para estos magos de las finanzas: impresentables ejecutivos, fríos como témpanos que urdían el delito gracias al ahorro humilde de millones de clientes. Se han pagado sus visas, sus villas y sus valles a costa de los desahucios, las quiebras, los paros, el embargo, la calderilla de los indignados. Hasta hace muy poco a los usureros se les apartaba de la sociedad, se les condenaba muy duramente. Ahora muchos se han convertido en auténticos amos del mundo.
Una sociedad capaz de permitir todo esto es una sociedad cómplice, encadenada... Más aún si los gobiernos, en medio de un adelanto de elecciones, siguen aliados con la banca, siguen dándole tanto poder a la banca. Veremos si sirve de algo que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, presente, a lo largo de esta semana, una nueva normativa para perseguir penalmente a los banqueros sin escrúpulos.

No es saludable estar viviendo en medio de una sociedad enferma de dinero que no sabe a quién sirve el dinero, una sociedad que antepone el dinero a la vida. Para sanar de esta desconfianza en la que nos han metido, para recordar que ya nos tocan tiempos mejores, que el ser humano se puede unir siempre, estar por encima de las circunstancias y aportar algo para curar el mundo de tanto materialismo, sólo puedo recomendar hoy un vídeo, se titula: “el papel del dinero en la construcción de la paz”. Lo protagoniza Joan Antoni Melé, el subdirector de la nueva banca ética, donde cuenta más la gente que el dinero.