AmaZona

Mundo Posible

lunes, 22 de febrero de 2016

COMO UN ECO

Brinda, Umberto, con Dante, escóndete para siempre en algún ricón de tu biblioteca infinita y devuélvenos tu verbo, tu enorme palabra. 


"Cómo te amo, joven milanés (¡cómo os amo!, ¡sois tantos!, ¡iguales!). Cómo os amo, tiernamente, cuando salís de casa temprano por las mañanas, con la niebla que sale (por detrás de los tejados) de la nariz, el humo que sale por la boca, la niebla envolvente... Cómo te amo, Eco, mi eco milanés, con tus problemas, tú que quieres ser como todos los demás, mediocre, soberbio de lo mediocre, cuán hermoso es ser B, ser menos que A, porque los C y los D (...), demasiado melodrama. El motor zumba, la oficina está cerca; ¿qué dice Eco? (instalados, cerrados en el establo, en el estiércol demasiado alegre y regocijante y consolador de la palabra y los nombres), nos encontramos alienados a la situación... Pero el eco quiere demasiado... quiere el espejo (...). Cómo te amo, joven milanés, tu niebla, tu rascacielos, tu compromiso con el horario, tus problemas, tu alienación, tus espejos, tus ecos, tus laberintos". (Obra Abierta, ECO 1990 [1962]: 19-20).

Umberto Eco (1932-2016)